TC23 día 2 "Entre la niebla y la Selva". De Becenes a los campos de María pasando por peña Negra y la Fonfría.

 

Me acuesto intranquilo tanto por lo que desde el interior del refugio se veía del exterior a través de la puerta 

Exterior del refugio visto desde el interior a través de la puerta.

como por lo que me había dicho mi amigo Michu, meteorólogo, con quien también había hablado por teléfono. Las previsiones para mañana dan que la niebla se mantendrá sobre los 1.600 mts y me recomienda que en lo posible, evite las laderas norte de las sierras ya que estará mas despejado en las de orientación sur.

Con ello en la cabeza, paso buena noche al resguardo del habitáculo del refugio y cuando me levanto por la mañana veo que si bien la niebla sigue ahí, también es cierto que ha levantado en buena medida y se deja notar la claridad por encima de las nubes lo cual es síntoma de que su espesor no es demasiado grande y las posibilidades de superarlo muy probables.

Hacia el este, la niebla está tan disipada que se puede ver hasta el Pozúa.

Mientras al oeste, aunque conclaridad por arriba, no se ve el Pando de Becenes

Animado con este panorama, me preparo el desayuno y parto lo más rápido posible en dirección oeste siguiendo el camino que desde el propio refugio lleva a la puerta de Zalambral, a pié de la ladera este del Pando de Becenes y que en su momento había reconocido en la ruta exploratoria que realicé aquí el pasado 3 de mayo como describí AQUÍ 

camino hacia la puerta de Zalambral, en las inmediaciones del refugio.

La niebla se hace más espesa según me acerco a la ladera del Pando de Becenes y unida a una densa vegetación principalmente de escobas, brezos y en algún punto de avellanos enanos que dificultan enormemente avanzar entre ellos, me hacen rectificar la ruta en mas de una ocasión. Voy siguiendo un track de mi amigo Javier Santín por el que una vez alcanzados los primeros prados, una vez superados los escobales más cercanos al refugio, se sale a la izquierda de los mismos buscando el collado existente en la ladera sur del Pando de Becenes. Este itinerario me lleva a una riega densamente poblada de estos avellanos enanos por la que me es imposible avanzar. 

Fondo de riega donde me atasco no pudiendo continuar

Cansado de pelear con ellos, regreso a los prados 

Hacia la puerta de Zalambral

y opto por seguir por ellos hasta alcanzar la puerta de Zalambral y desde ella, ladeando la ladera este del Pando de Becenes ir al encuentro de ese collado situado al sur, camino reconocido por mí en la ruta exploratoria y que aunque mas largo, está mucho más transitable debido al menor porte de la vegetación. 

caminando por la niebla

La niebla me despista en algún momento pero acierto a dar con el collado sin mayor contratiempo y enlazo con el track de Javier Santín. Ahora busco un sendero que se abre paso bordeando nuevamente la ladera este del Pando de Becenes, 

terreno mas abierto de vegetación

aunque a mayor altura que por el que había llegado hasta el collado desde la puerta de Zalambral y próximo a llegar a su ladera norte, comienzo a salir de las nubes que van quedando por debajo llenando todo el valle de Zalambral mientras desdibujadas sobre ellas, se dejan ver por momentos las fantasmagóricas siluetas de Peña Negra, Peña Mora y peña Prieta.

las siluetas de peña Negra, Peña Mora y Peña Prieta

Sigo bordeando el Pando de Becenes por el norte, terreno casi llano, hasta alcanzar el hayedo que coloniza la ladera este de la parte alta del valle de Muñenes por el que tengo que bajar hasta el mal llamado collado de Jián, en realidad collado de la Redre. Aquí, cuando hice la ruta exploratoria me había metido por mitad del hayedo encontrando paso, con bastante dificultad, hasta el collado pero desde la cumbre de Peña Negra había visto un sendero que por su parte externa recorría mas directamente ese tramo discurriendo entre el hayedo y el precipicio hacia el Zalambral, con lo que hoy me “tiré” mas a mi derecha antes de adentrarme en el bosque y efectivamente encontré ese sendero si bien, como el resto de lo recorrido hasta aquí, estaba muy tomado por la vegetación.

entrando al hayedo 

De nuevo a pelearme con las escobas y los brezos y nuevamente adentrarme en la niebla. Por momentos dejaba atrás la tranquilidad de ver por donde caminaba para nuevamente intentar no perder el sendero. En esas circunstancias descendí con dificultad hasta llegar al collado y desde él comenzar a ascender por la ladera sur del peñasco de La Redre, como no, muy tomada de brezos, 

la ladera del peñasco de la Redre desde el collado

bordeándolo claramente hacia su ladera oeste donde los escobales tomarían el relevo para seguir dificultando mi progresión.

bordeando la ladera oeste

Alcanzada su ladera oeste, en la cabecera del valle de Muñenes, la niebla se disipa por momentos dejándome ver la silueta de peña Negra, el collado la Boya, al que me dirijo, y la ladera de peña Prieta, todos ellos ya muy cerca.

Peña Negra y el collado la Boya

En el camino a punto estoy de pisar una serpiente lisa eurpea que estaba medio aletargada. Primero me había sucedido igualmente con dos serpientes que creo eran víboras y que con sibilina rapidez abandonaron el sendero nada más sentir mi presencia. A ésta, me da tiempo a tirarle un par de fotos antes de que al igual que las otras desapareciese entre los matorrales. Una nueva preocupación añadida a mi caminar además de las condiciones meteorológicas y de vegetación. 

Serpiente lisa europea que casi piso en el camino, escapando hacia la vegetación.

Atrás dejo el peñasco de la Redre entre la niebla 

peñasco La Redre, a mis espaldas, entre la niebla

y faldeando por la ladera sur de peña Prieta, alcanzo el collado de la Boya. Desde él, el sendero asciende por la arista de peña Negra hasta donde la niebla deja verlo. 

Peña Negra, desde el collado la Boya

Yo sé que es hasta la misma cumbre. Mi intención era ascender por él hasta casi arriba para luego faldear la cumbre y salir al collado que por la arista contraria a la que asciendo enlaza con el de Valdemagán pero según voy ganando altura, las nubes se van disipando dejando ver el valle de Muñenes y su cabecera 

a media subida a peña Negra, las nubes se disipan y puedo ver el valle de Muñenes

así que continúo por el sendero hasta alcanzar la cumbre que poco a poco veo mas clara 

la cumbre casi despejada de niebla

y de la que tan solo me separan los últimos crestones rocosos que paso sin dificultad

últimos crestones antes de alcanzar la cumbre de peña Negra

marcada con su enorme mojón de piedras y desde la que veo asomando por encima de las nubes, Peña Ten y a duras penas las dos cumbres de peña Mora, casi en el límite superior del mar que forman sobre todo el Zalambral pasando por el collado de Valdemagán al valle de Carcedo

Desde peña Negra: Peña Ten y las cumbres de peña Mora, asomando sobre el mar de nubes nubes



Mientras hacia el sur, las nubes pasan desde Becenes a la cabecera del valle de Muñenes




Dejando ver en el horizonte los picos Espigüete y Murcia 


Aprovecho mi parada en cumbre para desplegar las placas solares y cargar algo la batería externa para no quedarme sin carga para los móviles.


 también como algo según las instrucciones de Sergio y tras hacerme una foto en la cumbre 

en la cumbre de peña Negra

con hondo dolor comienzo el descenso hacia el collado anterior al de Valdemagán, hundiéndome nuevamente en la persistente niebla que otra vez me impide ver nada del paisaje que recorro. Alcanzo un gran peñasco que por los mapas y las vistas satélite reconozco está separando este collado del de Valdemagán y lo bordeo siguiendo un leve sendero por su base sur. 

peñasco rocoso a medio camino entre peña Negra y el collado de Valdemagán
 

Tras él, una nueva colina totalmente recubierta de brezo que comienzo a bordearla por su ladera derecha 


siguiendo un marcado sendero que a media ladera pronto me saca a una zona mas llana en la que encuentro sobre unas rocas un jito de piedras que me da a entender que estoy en Valdemagán. 

jito por el que intuyo que estoy en el collado de Valdemagán.

Sé que frente a mí está la ladera por la que se sube a peña Mora pero no veo mas allá de unos metros por lo que decido dejar esa ascensión para otra vez y en esta ocasión me dejo caer hacia la izquierda siguiendo un marcado camino que desciende por el valle del río Carcedo

descendiendo por la cabecera del valle de Carcedo

por el que espero conectar con la pista que de la Uña y Polvoredo sube a la Fonfría, concretamente a una curva de herradura que se encuentra una vez pasado el chozo de pastores conocido como la cabaña Arenera y que en otra de las ruta exploratorias reconocí como escapatoria en caso de encontrarme con este tipo de adversidades climáticas. Desciendo por el fondo del valle, cubierto por un buen manto herbáceo y según me voy acercando a la cota 1.600, la niebla va quedando sobre mi pudiendo ver la pista en el fondo del valle a la altura del establo ganadero de los portales de Carcedo. 

zona alta del valle de Carcedo, la niebla baja desde la Fonfría

a mi derecha va quedando toda la ladera que desde peña Mora baja hasta la entrada al puerto de la Fonfría



Con esta mejor visibilidad me es sencillo encontrar el camino que por la ladera derecha se desvía de este fondo de valle por el que voy 


para comenzar una corta subida hasta enlazar con la pista en el punto indicado y desde donde puedo ver como la niebla baja desde la Fonfría hacia el valle empujada por un fuerte y gélido viento. 

enlace del camino con la pista que sube e la Fonfría cuya caja recientemente se ensanchó

Pista arriba me encamino hasta la Fonfría, no ya pensando en vivaquear allí, sino mas bien para rescatar la lata con alimentos que allí tengo depositada. Llego al manantial 

desde el manantial, hoy, ni rastro de la mole de peña Ten cubierta por la niebla

desde el que no se ve ni rastro de la enormidad de peña Ten y subo hasta el punto donde está ubicada la lata de provisiones que encuentro en perfecto estado. 

lugar donde tenía la lata de provisiones para el vivac

Me resguardo como puedo unos momentos tras las rocas para protegerme del viento y pronto desciendo nuevamente a embocar la pista 

emboque de la pista 

para bajar hasta la cabaña arenera para comprobar si como la ví el día que vine a traer la lata estaba cerrada y para desde allí que sé hay cobertura telefónica llamar a mi familia. Efectivamente, la nueva puerta colocada a principios del verano mantiene el cerrojo con candado que no facilita el uso del refugio

la cabaña arenera y su nueva puerta con cerrojo candado.

decido bajar hasta la cabaña de Pancho, amigo de mi amigo Javi Cienfuegos, en los campos de María. Hablo por teléfono con mi familia y les informo del cambio en mis planes y llamo también a Cienfugos por si puede llamar el a Pancho y pedirle permiso para poder dormir en la antojana de su cabaña. Tras las conversaciones, continúo pista abajo 

la niebla llega aún mas abajo del establo de los portales de Carcedo

donde ya el viento y el frío cesan y por la que sé que en una hora llegaré a la cabaña. Cuando llego a la nueva fuente construida en el Escobio, paro a cargar agua 

la nueva fuente del Escobio

compruebo que allí también hay buena cobertura telefónica con lo que de nuevo me comunico con mi familia y con Cienfuegos que me confirma habló con Pancho que está en Pirineos y que puedo quedarme allí sin ningún problema. Nuevamente vuelvo a picar algo de comida. Junto a la fuente se está de maravilla y tras una larga y apacible parada que alargo sabiendo que la cabaña está a escasos quince minutos y en la que recupero la tranquilidad perdida en el recorrido hasta allí, inicio la marcha. Los campos de María están rebosantes de ganado que con sus cencerros y mugidos lo llenan de vida. 


Es una delicia contemplarlos mientras que las cumbres, tanto de los Mampodres 

desde los campos de María: La Uña y los mampodres cubiertos por las nubes

como de peña Ten 

ganado en los campos de María con las cumbres cubiertas por las nubes


se intuyen tras unas espesas nubes que las siguen cubriendo. ¡¡¡Que diferencia climática tan grande entre aquí abajo y las condiciones reinantes por arriba!!! Llego a la cabaña y me acomodo en la antojana. 

la antojana donde pasaré esta noche


Así mismo, Cienfuegos me ha indicado donde está la llave de paso para que el grifo exterior de la cabaña dé agua y en él aprovecho para refrescar mis piernas, tobillos y pies. 

Un lujo poder refrescar las piernas y los pies

Ya acomodado, abro la lata de provisiones que bajé de la Fonfría 

las provisiones que contenía la lata.

y con ellas comienzo a prepararme la cena. En esta ocasión pasta con chorizo y queso. 

cociendo la pasta

Cuando ya la tengo preparada, 

Mi cena de hoy: pasta con chorizo y queso

de repente, aparece junto al cercado de la antojana un pequeño raposín (zorro) atraído, supongo, por el olor de la comida. 


el raposín 

Ante su insistente mirada y viendo que no se asusta con mi presencia, le echo unos macarrones que come tranquilamente y desaparece con el mismo sigilo con el que apareció. ¡¡¡Sin duda lo mejor del día !!!. Tras estos inolvidables momentos preparo las cosas y sin más esperar me pongo a dormir esperando que mañana la niebla sea tan solo un recuerdo mas.


El recorrido realizado en este día.



(continuará)















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