TC23 Día 19 de junio. Discordancia entre manos y pies.

 

Mis manos teclean el ordenador, aquí en casa, cuando a estas horas mis pies deberían caminar llevándome por los paisajes que podéis ver en estas imágenes y que se corresponderían a la primera etapa de la TC23.

Cuando hace 107 días os hacía partícipes de la puesta en marcha del proyecto que desde hace casi 40 años llevo latente en mi interior, poco podía imaginarme tras todo el proceso de preparación llevado a cabo que el día anunciado para comenzar a disfrutarlo, lejos de estar resoplando en las cuestas; lejos de estar disfrutando con los paisajes; lejos de estar quemando el obturador de mi cámara; lejos de estar…; lejos de estar…; lejos de estar… estaría aquí, en casa, escribiendo estas líneas con un buen cabreo conmigo mismo aunque consciente de que la decisión de aplazar este tan ansiado comienzo, tomada hace unos días, sea la mejor opción ante los imprevistos sobrevenidos y ante los cuales no cabe otro consuelo que “si he esperado 40 años para realizar el sueño ¿qué suponen unos cuantos días más?”

Vista atrás, Picos de Europa vistos en la subida al Pozúa desde el puerto del Pontón.

Así que aquí estoy hoy, como os había prometido en la primera entrada de este blog, compartiendo “con todos vosotros no sé muy bien si tanto para manteneros informados de los progresos realizados como para auto obligarme ante vosotros, en los momentos de duda o flaqueza, para seguir llevando el reto a buen puerto” lo que actualmente siento.

Desde la cumbre del Pozúa: Peña Negra; Peña Mora; Ten y Pileñes.

Sobre lo primero, “para manteneros informados de los progresos realizados”, ha sido primordial para mí durante todos estos días ir haciéndoos partícipes de los pasos, a todos los niveles, que en este tiempo realicé de cara a la TC23 para corresponder a vuestro apoyo, ayuda e interés que habéis ido mostrándome y que ha sido motor importante en mi día a día del proyecto y por lo que siempre os estaré agradecido.

Vista atrás desde peña Negra hacia el recorrido efectuado desde el Pozúa, en el centro de la imagen.

Sobre lo segundo, “para auto obligarme ante vosotros, en los momentos de duda o flaqueza, para seguir llevando el reto a buen puerto”, pues pese a lo dicho mas arriba, “si he esperado 40 años para realizar el sueño ¿qué suponen unos cuantos días más?”, siendo completamente sincero con vosotros os confieso que tras estas tres semanas de parón y retraso de las últimas tareas planificadas, algunos nubarrones rondan por mi mente en esa cotidiana lucha interior que creo todos mantenemos con nosotros mismos entre ¿el qué si sí y el que si no? a la hora de emprender algo.  Nada grave ni insuperable pero que viene a añadir incertidumbre a la hora de tomar decisiones concretas.

Desde la cumbre de Peña Negra: Peña Mora, la crestería que lleva a la Fonfría y sobre ella Ten y Pileñes.

Lo bueno de la TC23 es que es un proyecto maleable en tiempo y forma, siempre y cuando no haya que priorizar con otros temas importantes como ha sido el caso, así que de nuevo estoy rediseñando fechas ajustándolas a esos días que por los imprevistos sobrevenidos me han impedido iniciarlo hoy 19 de junio. Algo cambiará el planteamiento inicial. Por supuesto, las fechas. Y también la idea de realizarla en dos bloques de 10 etapas cada uno. Creo que serán los dos cambios más llamativos. El resto, sobre todo el recorrido a realizar, lo mantendré tal cual había previsto, del Pontón al Miravalles.

Desde el manantial a la entrada de la Fonfría, lugar del primer vivac: la inmensa mole de Peña Ten.

 

Os iré informando y nuevamente os doy las gracias por vuestro apoyo y vuestros ánimos desde que os comenté el aplazamiento.

Abrazu enorme.

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